Teague Egan, el rey Midas de las energías verdes, cautivado por el litio de Uyuni

Teague Egan es el dueño de una empresa de energía limpia en Estados Unidos y un convencido de que el litio moverá el mundo. Viaja por el continente americano, por África y por el Pacífico Sur para cerrar negocios en  los países que cuentan con grandes reservas de este mineral estratégico. Es un buscador de litio, como aquellos legendarios buscadores de oro o de petróleo de inicios del siglo XX.

Egan representa la nueva manera de ser empresario: es joven, tiene un pasado como representante musical (a los 21 años logró un número uno en los iTunes), fue el agente más joven de la liga de fútbol americano y de la Fórmula E de carreras de autos eléctricos. Además, como filántropo, es cofundador de la ONG Dance for Paralysis.

Nació en Florida hace 33 años y vive en West Hollywood, Los Ángeles, California. Sus intereses van desde la inteligencia artificial a la biología sintética, desde la nanotecnología a la música electrónica.

“Me han llamado muchas cosas: emprendedor, inversionista, inventor, filántropo, futurista, pero, más que nada, soy un soñador y trabajo duro para hacer realidad esos sueños”, así se presenta en su sitio oficial.

Egan es también el CEO (director ejecutivo) de EnergyX, una empresa energética con 30 empleados que busca ganar la nueva licitación de las reservas de litio del Salar de Uyuni.

Es un jefe “diferente”: tiene pelo largo y recogido, luce barba de varios días y no falta nunca su gorra de béisbol colocada al revés como en sus tiempos de rapero veinteañero. Está completamente seguro de que el litio es el nuevo petróleo y cree que Bolivia puede ser la nueva Arabia Saudita de este siglo, según definió el periodista Clifford Krauss del New York Times.

Los carros del futuro inmediato serán eléctricos con baterías de iones de litio. En el mundo se venderán pronto más de 60 millones de vehículos eléctricos. Los celulares inteligentes y las computadoras portátiles también llevan iones de litio. Sólo este año, los precios de los compuestos de litio han subido más del 200% en varios mercados mundiales, de acuerdo a datos de Moody’s.

Egan sabe que la gran mayoría de las reservas mundiales de este mineral (dos terceras partes) se encuentran en salares donde el litio está altamente concentrado. Estas grandes  salinas se hallan en Bolivia, Chile, Argentina, China (en el Tibet) y Australia.

El dueño de EnergyX tiene un plan para ganar a las otras siete compañías que han logrado la autorización del Gobierno boliviano para desarrollar proyectos pilotos. De las ocho empresas, cuatro son chinas, dos son estadounidenses (la de Egan y Lilac Solutions de California), una rusa y una argentina.

Su ventaja frente a las compañías chinas y rusas  –las favoritas por cuestiones geopolíticas y las buenas relaciones del gobierno de Arce con Xi Jinping y Vladimir Putin– es su modelo ecológico de extracción. Su sistema sostenible de producción de baterías de litio reside en las membranas de filtración en los estanques de evaporación del mineral, producto de una investigación del ingeniero químico Benny Freeman de la Universidad de Texas.

Egan apuesta por membranas con poros diminutos (del tamaño de un átomo) capaces de separar las sales de litio de las salmueras. Esas membranas orgánicas sustituyen las vastas y costosas redes de estanques de evaporación que tardan hasta dos años en la extracción con un enorme uso de mano de obra y tierra.

El proceso de EnergyX, según la página oficial de la empresa, reduce esos años a días. Si el método de evaporación saca el 30-50% de litio, la tecnología de Egan captura cerca del 90% del mineral en la mezcla. La velocidad de producción es 100 veces más rápida y no necesita grandes cantidades de agua ni de electricidad, lo que provoca menor emisión de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático.

Este método más amable con la naturaleza fue el producto final de una investigación (valorada en 10 millones de dólares y auspiciada por el Departamento de Energía de los EEUU) a tres bandas: la Universidad de Texas, la de Monash y el  Laboratorio Nacional Australiano). Egan adquirió –por una suma desconocida– los derechos mundiales exclusivos de esta tecnología. Es su baza “secreta” para ganar la partida de ajedrez geopolítica en el Salar de Uyuni.

La fascinación, esa es la palabra exacta, de Egan por el Salar de Uyuni llegó mucho antes de comprar los derechos de su método “revolucionario”. Egan viajaba por el continente de mochilero y llegó al salar junto a un compañero de andanzas. Al contemplar los 12.000 kilómetros cuadrados de sal (y litio) hace tres años, quedó sorprendido y convencido que ahí, debajo de sus pies, cerca del hotel del sal, estaba su futuro como empresario. “Es pura belleza blanca hasta donde alcanza la vista”.

No obstante, su conexión con el litio ya estaba predestinada. En 2013 compró acciones de la empresa de coches eléctricos de Elon Musk, Tesla.

Elon Musk saltó a las primeras páginas de los periódicos bolivianos el año pasado cuando  tuiteó: “Daremos un golpe de Estado a quien queramos. Lidien con eso”. A partir de esas declaraciones, el Movimiento Al Socialismo apuntó al  litio como factor de los hechos de 2019. Egan compró acciones de Tesla en 2013 cuando valían nueve dólares, hoy se cotizan a más de 1.000 dólares por acción en bolsa. No se sabe cuántas acciones de Tesla son, al día de hoy, propiedad de Egan.

La conexión boliviana subió enteros cuando el inventor de su sistema, el químico Benny Freeman, le habló a Egan de un boliviano que también trabajaba en la Universidad de Texas, en Austin. Ese boliviano era Diego Von Vacano, politólogo y cercano al presidente Luis Arce. Von Vacano contactó con empresas de Canadá, Australia y Estados Unidos para que aplicaran en Bolivia el método de Freeman, pero ninguno se arriesgó, sólo EnergyX.

“Egan es muy determinado, osado e inteligente y se decidió a entrar con todo. Su actitud perseverante y su deseo de aprender sobre Bolivia a pesar de saber poco del país, es lo que me pareció muy positivo de él. Aparte del interés en desarrollar el litio, tiene el deseo de crear programas académicos en EEUU y Bolivia que den un más alto perfil al país a nivel mundial, sobre todo en el ámbito energético”, dice a Página Siete Von Vacano.

Egan sabe que no lo tiene fácil y habla de “manos atadas” del Gobierno boliviano (así lo dijo en un reportaje reciente del periódico New York Times), pero, cuando le hablan de obstáculos y pesimismo, responde siempre con una frase del inventor Thomas Edison: “Puedes intentarlo 100 veces y rendirte. Edison lo intentó 17.000 veces para producir caucho doméstico”.

Después de varias gestiones de lobby con funcionarios bolivianos de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLT), la pequeña empresa de Egan logró que se aprobara su proyecto piloto para mostrar su “revolucionario” sistema de nanotecnología para separar el litio. EnergyX es una de las ocho empresas designadas para mostrar sus habilidades. Es el primer paso para arrancar con su proyecto comercial.

Egan, el buscador de litio, exitoso con todo lo que toca, afrontaren Bolivia su mayor desafío: hacer olvidar sus nexos con Elon Musk y vencer a las cuatro empresas chinas, favoritas en la licitación. La reciente llegada de 3 millones de dosis de vacunas chinas más jugarán en su contra en esta batalla comercial con implicaciones en el mapa mundial de la geopolítica.

Fuente: Página Siete 

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